La explicación a este fenómeno se basa en que en el 99% de los ciclos naturales, únicamente un óvulo logra ser liberado del ovario. Por tanto, la prevalencia múltiple natural es del 1%, así que en la gran mayoría de estos casos, se da la posibilidad del nacimiento de gemelos.
Ya que a través de la fertilización in vitro se convierte el ciclo de un único huevo (ovocito) en un procedimiento de estimulación de los ovarios con múltiples óvulos, los ovarios tienden a liberar varios huevos (más de uno), por tanto, la probabilidad de que varios sean fertilizados aumenta considerablemente, generando así los embarazos múltiples.
No obstante, la práctica de la inseminación in vitro en los últimos años ha cambiado bastante con el fin de evitar este tipo de embarazos, por tal razón, se opta por la transferencia de un solo embrión (SET) para reducir la probabilidad del nacimiento de gemelos.
Es pertinente tener en cuenta que en comparación a otros tratamientos de infertilidad tradicionales, la inseminación in vitro es el tratamiento que ofrece mayores opciones de controlar el riesgo de embarazos múltiples ya que es posible, tanto para el médico como para la pareja, decidir cuántos embriones se desean transferir al útero de la mujer.
Esto se debe a que mientras más embriones se transfieran, se incrementará la posibilidad de embarazos múltiples (mellizos y trillizos principalmente), la parte positiva de este suceso yace en que, a medida que ha aumentado la práctica de la inseminación in vitro en la actualidad, los médicos y científicos en general cuentan con la gran capacidad de reducir las posibilidades en cuanto a la concepción de varios bebés o a lo que nos hemos referido bajo el nombre de "embarazos múliples".
